LLUVIA EN LEÓPOLIS, de Adam Zagajewski




Llueve en el dragón de Wawed
en los huesos de los gigantes
TADEUSZ RÓZEWICZ,
“lluvia en Cracovia”

Llueve sobre la catedral armenia
y sobre la iglesia de San Jorge.
Sobre la ópera y una casa negra.
Las colinas se disipan en la niebla.

Y Ostap Ortwin, quien
era una persona noble
(defendió a Stanislaw Brzozowski).
En plena calle le disparó
un agente de la Gestapo.

Civilización (hasta cinco sílabas).
Mal (sólo una).
En Londres vi el autorretrato de Van Eyck
con el lema “Als ich can”, es decir,
“Como puedo”, y no es ningún selfie.

Llueve sobre el Café Escocés
y sobre el Castillo Alto,
En el barrio de Kajzerwald,
y sobre la sinagoga.

Y esta ciudad, que estaba asentada
como Roma sobre siete colinas
con el cetro y el orbe,
ahora es llana y pequeña.

Rechinaron las ruedas de los tranvías
en sus rieles tan estrechos.
Y entonces todos lloramos,
los paseantes y los foráneos
Vencedores y vencidos.

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