He aquí que hubo una vez un pueblo. Para él
la cara del alba salió todos los días
y sin embargo no fue escogido por nadie.
Fulano engendró a Mengano.
mengano engendró a Zutano.
Zutano engendró a Perencejo.
Y así en lo sucesivo:
todos engendraron y todos
a la edad de ciento cinco años y
tres días. Mas no fueron cabeza
de multitud de naciones porque no hubo
alianzas entre ellos y
el dios de sus padres. No hubo.
Ningún Yavé hizo oír su voz a nadie ni
cara a cara dio preceptos sobre un monte.
Para él maldita fue la tierra, maldita
la semilla y también la ballena
de su Jonás y su Jonás.
Desapareció porque no había sido
escogido para nada. Porque nadie le prometió
una tierra, ni lo guio por la sabana, ni
hubo maná que valiera. Porque
Yavé no se enteró de que existía.
la cara del alba salió todos los días
y sin embargo no fue escogido por nadie.
Fulano engendró a Mengano.
mengano engendró a Zutano.
Zutano engendró a Perencejo.
Y así en lo sucesivo:
todos engendraron y todos
a la edad de ciento cinco años y
tres días. Mas no fueron cabeza
de multitud de naciones porque no hubo
alianzas entre ellos y
el dios de sus padres. No hubo.
Ningún Yavé hizo oír su voz a nadie ni
cara a cara dio preceptos sobre un monte.
Para él maldita fue la tierra, maldita
la semilla y también la ballena
de su Jonás y su Jonás.
Desapareció porque no había sido
escogido para nada. Porque nadie le prometió
una tierra, ni lo guio por la sabana, ni
hubo maná que valiera. Porque
Yavé no se enteró de que existía.
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