FUERZA, CANEJO, SUFRA Y NO LLORE…, de Mercedes Carranza






Entre la espada y la pared
está el gesto necesario,
siempre listo
para asaltar a aquel que nos habla
al que hablamos.
El catálogo es dispendioso
y se parece al andar de las palomas
en el parque, sutil y monótono.
Sonreír para verse amable, para
bailar torcer el cuello. Alzar
las cejas al asombro,
con el asco arrugar la cara y
mucho parpadeo que eso sirve para todo.
El pedir puesto requiere
capítulo especial, modoso, solícito y
mas que anda mostrarse
dispuesto a vender el alma.
Si gesto tras cada cosa, no
en todo lugar y menos al morir: allí
solo seriedad y buenas maneras.

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