OJO, de Alfonsina Storni

Reposa.

El crepúsculo

muere más

allí, dónde, pájaro quieto,

aguarda.

Mares tristes,

apretados,

mueven

en él

sus olas.

Los paisajes

del día

lo navegan

lentos.

Tímidas,

las primeras estrellas

lloran

su luz insabora

en la pupila fija.

En el fondo oscuro

largas hileras humanas

se le desplazan

incesantemente:

Parten

en distintas

direcciones;

retroceden;

retroceden:

tocan

los primeros

hombres:

Gimen porque nace el sol.

Gimen porque muere el sol ...

Todo está allí,

apretado en la cuenca,

donde,

pájaro quieto,

aguarda.

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