MUELLE DEL RELOJ, de Rafael Alberti


A través de una niebla caporal de tabaco

miro al río de Francia

moviendo escombros tristes, arrastrando ruinas

por el pesado verde ricino de sus aguas.

Mis ventanas

ya no dan a los álamos y los ríos de España.

Miro una lenta piel de toro desollado,

sola, descuartizada,

sosteniendo cadáveres de voces conocidas,

río abajo, hacia el mar, hacia una mar sin barcas.

Desgraciada viajera fluvial que de mis ojos

desprendidos arrancas

eso que de sus cuencas desciende como río

cuando el llanto se olvida de rodar como lágrimas.

Mis ventanas

ya no dan a los álamos y los ríos de España

través de una niebla caporal de tabaco

miro al río de Francia

moviendo escombros tristes, arrastrando ruinas

por el pesado verde ricino de sus aguas.

Mis ventanas

ya no dan a los álamos y los ríos de España.

Quiero mojar la mano en tan espeso frío

y parar lo que pasa

por entre ciegas bocas de piedra, dividiendo

subterráneas corrientes de muertos y cloacas.

Mis ventanas

ya no dan a los álamos y los ríos de España.

Miro una lenta piel de toro desollado,

sola, descuartizada,

sosteniendo cadáveres de voces conocidas,

sombra abajo, hacia el mar, hacia una mar sin barcas.

Mis ventanas

ya no dan a los álamos y los ríos de España.

Desgraciada viajera fluvial que de mis ojos

desprendidos arrancas

eso que de sus cuencas desciende como río

cuando el llanto se olvida de rodar como lágrima.

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