SEMILLAS PARA UN HIMNO, de Octavio Paz


El día abre la mano

Tres nubes

Y estas pocas palabras

Al alba busca su nombre lo naciente

Sobre los troncos soñolientos centellea la luz

Galopan las montañas a la orilla del mar

El sol entra en las aguas con espuelas

La piedra embiste y rompe claridades

El mar se obstina y crece al pie del horizonte

Tierra confusa inminencia de escultura

El mundo alza la frente aún desnuda

Piedra pulida y lisa para grabar un canto

La luz despliega su abanico de nombres

Hay un comienzo de himno como un árbol

Hay en el viento y nombres hermosos en el viento.

Comentarios