LA ROPA EN LA VENTANA, de Leopoldo de Luis

Como falsos ahorcados en el aire

sus cuerpos vacilantes y vacíos,

desnudos de nosotros, brazos, piernas,

cinturas, pechos, cuellos, suspendidos.

Pasa la luz de enero, entre los blancos

fantasmas con su frío.

Deshabitadas formas desvividas,

huecos humanos ateridos.

Esa silueta con que juega el viento,

ese perfil he sido.

Tus manos compañeras lo han salvado

con su dolor de qué tristes residuos.

En el aire tal vez me reconozco,

un poco soy bandera al viento herido.

Jirón que se estremece mudamente,

por un cristal me miro.

Y no sé si es la ropa o es la vida

la que pende de un hilo.

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