SERENA LUZ, de Germán Pardo García


A desandar los pasos del olvido.

A ser la potestad y la presencia

del amor, y a vivir en la evidencia

más alta de nosotros, he venido.

El campos se descubre, protegido

por un cielo de noble transparencia,

y el aire, en la floral adolescencia

de la mañana, fluye desasido.

Aire de claridad. Está la vida

tan indudable y cerca de nosotros,

que en la luz y en el agua la tocamos.

Somos de luz hasta en la oculta herida,

y nos parece que en la calma de otros

inmensos corazones descansamos.

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