COMO UNA MUJER DE ABSORTO, de Carilda Oliver Labra

Apenas quedé sin hombre

mudaron el dos los pianos,

no me bastaban las manos

para estrujar aquel nombre.

¿Habrá ya nada que asombre

como este beso a traición?

Desde entonces mata el son,

dicen nunca las arecas,

sonando a unas güiras secas

anda el poco corazón.

Hoy declaro un amor roto

que no logra deshojarme.

Nada ha venido a sanarme

el borbotón donde agoto

tu siempre soy... ¡Ah, qué ignoto

milagro el que se prepara!

Me cogió una trampa rara.

Sin esperanza ninguna

tengo sed, pido la luna

y nadie vive en mi cara.

Pero esta pena la aborto,

este dolor me lo quito;

destrozo recuerdo y grito,

los mando al diablo, los corto.

Como una mujer de absorto

polen que siempre se inmola,

le doy el turno a la ola

porque quiero, porque sí:

pues es cierto que perdí,

pero el ala vuela sola.

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