SINO Y SIGNO, de Vicente Huidobro


Has hablado bastante y no te agrada

No te gusta mostrar tus vísceras secretas

Y sin embargo vuelves a caer en ello

Protestas y repites la causa que te irrita

Hablas te exhibes te rompes la carne

Y permites la entrada a los ojos intrusos

Quieres cortar las cuerdas que te unen a los otros

y vuelves a anudarlas

Coges el aire lo haces tuyo y lo regalas

Conquistas horizontes y los repartes

Haces luz en la sombra y la entregas

Como un paquete de soledades arrepentidas de su propia fuerza

¿Qué entierro es este en que te entierras

En los pechos extraños?

Te exaltas y te ablandas

Te ablandas y te haces flecha de corazón

Más ciego que cualquier huracán

Hablas y protestas

y vuelves a hablar y a protestar

Te haces árbol y das tus hojas a los vientos

Te haces piedra y das tu dureza a los ríos

Te haces mundo y te disuelves en el mundo

Oh voluntad contraria en todo instante

Favor de tierra y grandes fríos y calores

Todo grano ¡malhaya! lleva signos futuros

Un destino de ola que debe hacer su ruido

Y morir dulcemente

Has hablado bastante y estás triste

Quisieras un país de sueño

Donde las lunas broten de la tierra

Donde los árboles tengan luz propia

y te saluden con voz tan afectuosa que tu espalda tiemble

Donde el agua te haga señas

Y las montañas te llamen a grandes voces

Y luego quisieras confundirte en todo

y tenderte en un descanso de pájaros extáticos

En un bello país de olvido

Entre ramajes sin viento y sin memoria

Olvidarte de todo y que todo te olvide

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