LO QUE ESPERAMOS, de Nicolás Guillén


Cuando yo vine a este mundo,

nadie me estaba esperando;

así mi dolor profundo

se me alivia caminando,

pues cuando vine a este mundo,

te digo,

nadie me estaba esperando.

Miro a los hombres nacer,

miro a los hombres pasar;

hay que andar,

hay que mirar para ver,

hay que andar.

Otros lloran, yo me río,

porque la risa es salud:

lanza de mi poderío,

coraza de mi virtud.

Otros lloran, yo me río,

porque la risa es salud.

Camino sobre mis pies,

sin muletas ni bastón,

y mi voz entera es

la voz entera del sol.

Camino sobre mis pies,

sin muletas ni bastón.

Con el alma en carne viva,

abajo, sueño y trabajo;

ya estará el de abajo arriba,

cuando el de arriba esté abajo.

Con el alma en carne viva,

abajo, sueño y trabajo.

Hay gentes que no me quieren,

porque muy humilde soy;

ya verán cómo se mueren,

y que hasta a su entierro voy,

con eso y que no me quieren

porque muy humilde soy.

Miro a los hombres nacer,

miro a los hombres pasar;

hay que andar,

hay que vivir para ver,

hay que andar.

Cuando yo vine a este mundo,

te digo,

nadie me estaba esperando;

así mi dolor profundo,

te digo,

se me alivia caminando,

te digo,

pues cuando vine a este mundo,

te digo,

¡nadie me estaba esperando!

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