EL POETA de Pablo Neruda


Antes anduve por la vida, en medio
de un amor doloroso: antes retuve
una pequeña página de cuarzo
 lavándome los ojos en la vida.
Compré bondad, estuve en el mercado
 de la codicia, respiré las aguas
más sordas de la envidia, la inhumana
 hostilidad de máscaras y seres.
Viví un mundo de ciénaga marina
 en que la flor de pronto, la azucena
me devoraba en su temblor de espuma,
y donde puse el pie resbaló mi alma
hacia las dentaduras del abismo.
 Así nació mi poesía, apenas
 rescatada de ortigas, empuñada
 sobre la soledad como un castigo,
 o apartó en el jardín de la impudicia
su más secreta flor hasta enterrarla.
 Aislado así como el agua sombría
que vive en sus profundos corredores,
 corrí de mano en mano, al aislamiento
de cada ser, al odio cotidiano.
 Supe que así vivían, escondiendo
 la mitad de los seres, como peces
 del más extraño mar, y en las fangosas
 inmensidades encontré la muerte.
La muerte abriendo puertas y caminos.
La muerte deslizándose en los muros.

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