SUS OCHO NOMBRES, de Luís García Montero




“Tú, luna, de los taxis retrasados.”

RAFAEL ALBERTI.

El mar
debiera ser entonces parecido
a este cielo de ahora neblinado,
terso como la luz,
diciembre y la bahía entre los barcos.
Hablo desde una noche de tormenta
inesperada y fría,
me refiero
a la vida que llega, por ejemplo
levantando las viñas
sobre la cabellera del mar
secretamente.

Por los acantilados
vino también la historia a recogernos
con su antigua presencia de enamorado en tierra,
buscando el litoral, las alamedas
y ese día de abril donde las plazas
semejaron marismas
y ese perfil nevado de los ángeles
que recorrió las calles
como la piel de octubre cuando entra
de golpe por las puertas de un palacio.

Una canción sonaba en los tejados.
C´est la police, ¿te acuerdas?
el mar era un enigma poblado de fantasmas
las orillas apenas cicatrices
hechas de tinta china
y Roma
tendió su barba blanca para esperar contigo.

Cuando otra vez la luna
habita el rompeolas,
cuando la niebla vuelve a lamernos las manos
sólo quiero decirte de nuevo y simplemente
que has tenido tu vida, la que a ti te tocaba,
que has regresado ahora por los acantilados
con más luz en los ojos
y llegas tan despacio como la primavera
para plegar el cuerpo preciso de los mapas
donde dicen que aguarda,
en su tercera soledad
el mundo.

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