MONTAÑAS, de Adam Zagajewski




Cuando se hace de noche
las montañas son claras y limpias,
como un estudiante de filosofía
antes de un examen.
Las nubes acompañan al sol oscuro
hasta el final de la sombreada avenida
y se despiden de él largo tiempo,
pero nadie llora.
Mira, mira con avidez,
cuando llega el ocaso,
mira insaciablemente,
mira sin ningún temor.

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