NUEVO SERMÓN NEGRO, de Jacques Roumain




 A Tristan Rémy

Le escupieron la Faz con su helado desprecio.
Como una bandera negra flota al viento golpeada por la nieve.
Para convertirlo en el pobre negro el dios de los poderosos.
De sus harapos los adornos del altar.
De su canto dulce de miseria.
De su queja temblorosa de banjo.
El tumulto orgulloso del órgano.
De sus brazos que halaban pesadas chalanas.
En el río Jordán.
El arma de los que golpean con la espada.
De su cuerpo agotado como el nuestro en las plantaciones de algodón.
Como un carbón ardiente.
Como un carbón ardiente en un zarzal de rosas blancas.
El escudo de oro de su fortuna.
Blanquearon Su Faz negra con el escupitajo de su helado desprecio.
Escupieron Tu Faz negra.
Señor, nuestro amigo, nuestro camarada.
Tú que apartaste del rostro de la prostituta.
Como una cortina de cañas sus largos cabellos.
Sobre la fuente de sus lágrimas.
Hicieron
los ricos los fariseos los terratenientes los banqueros.
Hicieron del Hombre sangrante el dios sangriento.
Oh Judas ríe sarcástico.
Oh Judas ríe sarcástico:
Cristo entre dos ladrones como una llama desgarrada.
En la cima del mundo.
Encendía la rebelión de los esclavos.
Pero Cristo está hoy en la casa de los ladrones.
Y sus brazos despliegan en las catedrales la sombra extendida del buitre.
Y en las cavas de los monasterios el sacerdote cuenta los intereses de los
treinta denarios.
Y los campanarios de las iglesias escupen la muerte sobre multitudes hambrientas.
No los perdonaremos porque saben lo que hacen.
Lincharon a John que organizaba el sindicato.
Lo persiguieron con perros como a un lobo extraviado a través del bosque.
Lo ahorcaron mientras se reían en el tronco del viejo sicomoro.
No, hermanos, camaradas.
No rezaremos más.
Nuestra rebelión se alza como el grito del pájaro de tempestad
por encima del chapoteo podrido de los pantanos.
No cantaremos más los tristes spirituals desesperados.
Otro canto brota de nuestras gargantas.
Desplegamos nuestras rojas banderas.
Manchadas con la sangre de nuestros justos.
Bajo este signo marcharemos.
Bajo este signo marcharemos.
De pie los condenados de la tierra.
De pie los presidiarios del hambre.

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