NO ACUMULÉIS ORO Y PIEDRAS PRECIOSAS, de Edith Södergran





Humanos,
no acumuléis oro y piedras preciosas:
Llenad vuestros corazones de deseo
que quema como una brasa ardiente.
Robad los rubíes de la mirada de los ángeles,
bebed el agua fría del charco del diablo.
Humanos, no acumuléis tesoros
que hacen de vosotros pordioseros;
acumulad riquezas
que os dan el poderío de los reyes.
Dad a vuestros hijos una belleza
que los ojos de los hombres no han visto,
dad a vuestros hijos el poder
de forzar las puertas del cielo.

Comentarios