Humanos,
¿no está cruzando el cielo la tormenta,
aquella que desató vuestro deseo,
arrastrada por las águilas
hasta alturas insondables?
¿A quién la tormenta querrá humillar?
¿Dónde golpeará
el que viene de las alturas, libre, con las alas de los tiempos del porvenir?
¿No escucháis voces en la tormenta?
El yelmo de Marte en la bruma…
Los invitados se sientan de nuevo ante mesas volcadas.
Desconocidos gobiernan el mundo…
Más altos, más bellos, parecidos a los dioses.
¿no está cruzando el cielo la tormenta,
aquella que desató vuestro deseo,
arrastrada por las águilas
hasta alturas insondables?
¿A quién la tormenta querrá humillar?
¿Dónde golpeará
el que viene de las alturas, libre, con las alas de los tiempos del porvenir?
¿No escucháis voces en la tormenta?
El yelmo de Marte en la bruma…
Los invitados se sientan de nuevo ante mesas volcadas.
Desconocidos gobiernan el mundo…
Más altos, más bellos, parecidos a los dioses.
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