Fruto maduro del árbol
del pueblo
la canción mía
siempre porfía.
Puede morir pero quiere
cantarle sólo a la vida
que no la olvida.
No tiene miedo a la bala
ni a la bomba, ni al infierno;
canta pudiendo.
Lleva en las manos heridas
una flor con una espina
agua y harina.
Canto del pueblo que ama
también canta por dinero
como un obrero.
Sombra de Ganzio
y de Mora
de Fernández
de Mendiola
no canta sola.
Quiere ser flor y se cierra
como un puño; que la cuide,
eso me pide.
Nombra la carne horadada
de la vida más amada
la desarmada.
Fruto maduro del árbol
del pueblo
la canción mía
siempre porfía.
Quiere ser flor y se cierra
como un puño;
que la cuide, eso me pide.
del pueblo
la canción mía
siempre porfía.
Puede morir pero quiere
cantarle sólo a la vida
que no la olvida.
No tiene miedo a la bala
ni a la bomba, ni al infierno;
canta pudiendo.
Lleva en las manos heridas
una flor con una espina
agua y harina.
Canto del pueblo que ama
también canta por dinero
como un obrero.
Sombra de Ganzio
y de Mora
de Fernández
de Mendiola
no canta sola.
Quiere ser flor y se cierra
como un puño; que la cuide,
eso me pide.
Nombra la carne horadada
de la vida más amada
la desarmada.
Fruto maduro del árbol
del pueblo
la canción mía
siempre porfía.
Quiere ser flor y se cierra
como un puño;
que la cuide, eso me pide.
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