AL RÍO, de Edgar Alan Poe






¡Hermoso río! en el resplandor, límpida corriente

de cristal, errante agua.

Eres un emblema del brillo,

de belleza, de no escondido corazón,

la juguetona sombra de arte

en la hija del viejo Alberto;

pero cuando ella mira en tu ola,

que reluce entonces, y tiembla,

pues, entonces, el más bonito de los arroyos

se parece a su adorador;

ya que en su corazón, como en tu arroyo

la imagen de ella profundamente yace,

el corazón de él que tiembla ante el rayo de luz

de los ojos de ella que indagan el alma.

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