DE TANTO PENSARTE, de Hilda Hilst






Sin Nombre,

me vino la ilusión.

La misma ilusión

de la yegua que bebe el agua pensando que bebe la luna.

De pensarte me acuesto en las aguas

y creo que brillo y estoy atada

al fulgor del costado de un caballo negro de cien lunas.

De soñarte, Sin Nombre, no tengo nada

pero creo en mí el oro y el mundo.

De amarte, poseída de huesos y de abismos

creo tener carne y vagar

alrededor de tus cimas. De no tocarte nunca

tocando a otros

creo tener manos, creo tener boca

cuando sólo tengo patas y hocico.

De tanto desear altura y eternidad

Me viene la fantasía de que Existo y Soy.

Cuando no soy nada: yegua fantasmagórica

bebiendo la luna en el agua.

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