TRANSMIGRACIÓN, de Salvadora Medina Onrubia




Yo soy la hierofanta de la Melancolía
custodio en sus altares grandes vasos votivos
mi voz grave ennoblece, serena, los motivos
piadosos de los salmos que canto cada día.

En los divinos tiempos que Grecia florecía
yo los fuegos sagrados mantuve siempre vivos
y ya sola en el templo con mis dioses esquivos
de un tajo abrí mis venas… En mi larga agonía

de las turbas cristianas yo escuchaba las voces
¡fui la última pagana que murió con sus dioses!
Hoy mi alma rediviva presiente que como antes

al templo que custodia llega la turba ansiosa…
Volveré a abrir mis venas, y a los pies de la diosa
Las gotas de mi sangre serán como diamantes.

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