EL POLICÍA ARREPENTIDO, de Norma Menassa



Hay gente que no te quiere
asesinado y solo dejaste
en la calle al pobre niño
abatido por el coche del patrón,
y en medio de la desgracia,
llanto y sangre,
no quisiste dar la mano,
no quisiste dar la mano.
Otros lloran
tú te ríes
y allí se quedó muerto
el pobre niño abatido
que jugando a la pelota,
cruzó muy desprevenido
y dejó sobre el asfalto
la noche muerta de frío
mientras la luna asomaba
vos corriste arrepentido a buscar
entre los charcos esa gota de dolor.
El pájaro no cantó,
el del sirgo que no sonó,
de tu cara de adalid
renunciando a tus deberes
mirando pasar el tiempo
botón de vientre abultado
¿Ahora pides perdón?
Por el asfalto calzado
se desliza el pie cansino
no servidor, sí servil
que al que la muerte renuncies
no esperes a que se duerma
porque no habrá despertar
vuelve al cuartel cual cretino
que tú lloras
y otros ríen
y hay gente que no te quiere
que en la calle y sin soñar
dejaste a un niño abatido
y no me puedo olvidar.

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