MARISMAS llenas de corales enroscándose a tu cuello
Y los mares hundidos hasta verse tras los ojos
En lo más profundo de tu atisbar sorprendida
Cuando la ternura más clara enhebrándose en silencio
Ajustando pequeños siglos a tu gracia sonriente de plata
Formaba de pétalos cristalinos la alta rosa
Con agua recogida de orvallos y relentes el invencible esplendor]
Aunque no bastaba la rosa para cubrir el sueño
Y siempre emergías de la alta marea
Marcada de algas y besos y bocas de pescado
Soñadora de verde para el río arrollado a tus pies
O una linda estatua caminando las islas
Llevando la guirnalda de estrella a estrella
Diría que perdí la huella si a cualquier parte
No me alcanzara o en el mar o en el cielo tu sombra
Y si de tanto estar en pie no me quedara
La gloria de saber esperarte con cada ritmo de reloj
En cada oleada de nueva vida palpitando contra el peñasco
Sin dar atención a la luna que se cae más de prisa
La niña recogiendo sus lágrimas como un manantial
A sí mismo devorándose un desierto surgiendo de otro desierto]
Otra vez han batido palmas las grandes olas
Tu recuerdo está tan presente que es tu presencia
Para nada más que decir aquí empieza otra historia
Para nada más que ser fiel a su onda a su eco
Que decir era la niña que trajo el mar en su cántaro
Que decir era la niña que vació una noche en mi sueño
Y así formar la cadena que une esplendor y desdicha
Los días que nunca vuelven y el sol que siempre queda
De pie imperturbable mirando el futuro
Sin dar un paso más porque la hora ha llegado
De tu mano baja el paraíso con los cuatro estíos
Ladrando a los costados siguiendo al mar que va delante
Y tú tendida en su gran concha
Y tú tejiendo la nueva historia
Las gloriosas empresas el cielo batido de alas
Cuando tus manos alcanzaron mis manos
Cerróse un horizonte para abrirse dos cielos
Y emergió junto al delfín la ostra alada
Y los mares hundidos hasta verse tras los ojos
En lo más profundo de tu atisbar sorprendida
Cuando la ternura más clara enhebrándose en silencio
Ajustando pequeños siglos a tu gracia sonriente de plata
Formaba de pétalos cristalinos la alta rosa
Con agua recogida de orvallos y relentes el invencible esplendor]
Aunque no bastaba la rosa para cubrir el sueño
Y siempre emergías de la alta marea
Marcada de algas y besos y bocas de pescado
Soñadora de verde para el río arrollado a tus pies
O una linda estatua caminando las islas
Llevando la guirnalda de estrella a estrella
Diría que perdí la huella si a cualquier parte
No me alcanzara o en el mar o en el cielo tu sombra
Y si de tanto estar en pie no me quedara
La gloria de saber esperarte con cada ritmo de reloj
En cada oleada de nueva vida palpitando contra el peñasco
Sin dar atención a la luna que se cae más de prisa
La niña recogiendo sus lágrimas como un manantial
A sí mismo devorándose un desierto surgiendo de otro desierto]
Otra vez han batido palmas las grandes olas
Tu recuerdo está tan presente que es tu presencia
Para nada más que decir aquí empieza otra historia
Para nada más que ser fiel a su onda a su eco
Que decir era la niña que trajo el mar en su cántaro
Que decir era la niña que vació una noche en mi sueño
Y así formar la cadena que une esplendor y desdicha
Los días que nunca vuelven y el sol que siempre queda
De pie imperturbable mirando el futuro
Sin dar un paso más porque la hora ha llegado
De tu mano baja el paraíso con los cuatro estíos
Ladrando a los costados siguiendo al mar que va delante
Y tú tendida en su gran concha
Y tú tejiendo la nueva historia
Las gloriosas empresas el cielo batido de alas
Cuando tus manos alcanzaron mis manos
Cerróse un horizonte para abrirse dos cielos
Y emergió junto al delfín la ostra alada
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