A la última hora del sol los rayos atraviesan
por el aire, eligiendo : “éste sí, éste no”.
Quedan en sombra
la mayoría ; los elegidos brillan
con cortezas doradas. Ascendiendo
la luz alcanza otros follajes, deja éstos
y alumbra uno lejano. Ya no hay tiempo
de llegar hasta allí.
¿Quién sabe? Vamos.
Comentarios
Publicar un comentario