AYER, de Roque Dalton




Junto al dolor del mundo mi pequeño dolor,

junto a mi arresto colegial la verdadera cárcel de los hombres sin voz,

junto a mi sal de lágrimas

la costra secular que sepultó montañas y oropéndolas,

junto a mi mano desarmada el fuego,

junto al fuego el huracán y los fríos derrumbes,

junto a mi sed los niños ahogados

danzando interminablemente sin noches ni estaturas,

junto a mi corazón los duros horizontes

y las flores,

junto a mi miedo el miedo que vencieron los muertos,

junto a mi soledad la vida que recorro,

junto a la diseminada desesperación que me ofrecen,

los ojos de los que amo

diciendo que me aman.

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