Cuando el aire me tiene
remoto en tu piel
desde mi propio centro
avanzas sobre mí
remoto en tu piel
desde mi propio centro
avanzas sobre mí
y si el aire me artoja
orillas de tu piel también desde tu centro
avanzas sobre mí
así vas rodeándome
a medida que el tiempo
se desliza cual sierpe
entre tu cuerpo y yo
cuando el aire por fin
me devuelve a la ausencia
nada te queda por conquistar
soy una distancia neutralizada
yo no puedo vivir
como una playa barrida por dos mares opuestos
como una fruta mordida por fuera y por dentro.
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