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Una mosca anda cabeza abajo por el techo,
un hombre anda cabeza abajo por la calle
y algún dios anda cabeza abajo por la nada.
Tan sólo tú no andas esta tarde,
a menos que las ausencias puras
inventen otra forma de andar que no sabemos:
andar cabeza arriba.
Exploraremos el encuentro del amor y la piedra,
el viaje de la mano a su duelo, la playa de banderas con que sueña la sangre,
la fiesta de ser hombre cuando el hombre despierta y se cae en el hombre,
la fábula que se convierte en niño, la mujer necesaria para amar lo que amamos
y hasta lo que no amamos.
Y exploraremos también el espacio vacío que dejaste en tu poema,
el espacio vacío que dejaste en cada palabra
y hasta en tu propia tumba
para alzar el futuro.
Allí te encontraremos
y juntos echaremos a andar cabeza arriba.
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