Sin ti ¿qué
seré yo? Tapia sin rosa,
¿qué es la primavera? ¡Ardiente,
duro
amor; arraiga, firme, en este muro
de mi carne comida y ruinosa!
Nutriré tu
fragancia misteriosa
con el raudal de mi recuerdo
oscuro
y mi última sangre será el puro
primer color de tu ascensión
gloriosa.
¡Sí, ven a mí,
agarra y desordena
la profesión injenua de tus ramas
por la negra oquedad de mis
dolores!
Y que al
citarme abril, en la cadena
me encuentre preso de sus verdes
llamas
todo cubierto de tus frescas
flores.
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