VERDECE VID, PENSAMIENTO de Rafael Alberti

 


Verdece vid, pensamiento.
Sube, espíritu morado,
llama moscatel, rodado
por los barriles del viento.
Sé fósforo del laurel.

          Corona incandescente.
          Sangre nunca apagada.
          Soy de un pueblo de héroes, cuya piel
          es toda frente
          iluminada.

¡Quién sacara del pozo
agua de lluvia sin sabor a muerto,
ya que los castañares
tienen tristezas militares
y aquel campo otro nombre: el de desierto!

Amo el geranio.
          Flor de hierro, roja;
          hierro siempre encendido,
          dura hoja.
          Pero es humana flor, no flor de ejido.

Voy hacia ti, ciprés desprevenido.
Sin réplica, nogal, abre tus brazos.
   Zarza cruel, lagarto sigiloso.

Yedra de dientes sin reposo.
   Arañazos.
   Vida ruin, rastrera.

Mi pensamiento es más hermoso:
es flor y alta enredadera.

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