I
Deshaced
ese verso.
Quitadle
los caireles de la rima,
el
metro, la cadencia
y
hasta la idea misma.
Aventad
las palabras,
y
si después queda algo todavía,
eso
será
la poesía.
II
Poesía,
tristeza
honda y ambición del alma,
cuándo
te darás a todos… a todos,
al
príncipe y al paria,
a
todos…
sin
ritmo y sin palabras!
III
Sistema,
poeta, sistema.
Empieza
por contar las piedras,
luego
contarás las estrellas.
IV
Ni
de tu corazón,
ni
de tu pensamiento,
ni
del horno divino de Vulcano
han
salido tus alas.
Entre
todos los hombres las labraron
y
entre todos los hombres en los huesos
de
tus costillas las hincaron.
La
mano más humilde
te
ha clavado
un
ensueño…
una
pluma de amor en el costado.
V
No
andes errante…
y
busca tu camino.
--Dejadme--.
Ya
vendrá un viento fuerte
que
me lleve a mi sitio.
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