Cuando
era primavera en España:
frente
al mar los espejos
rompían
sus barandillas
y
el jazmín agrandaba
su
diminuta estrella
hasta
cumplir el límite
de
su aroma en la noche…
¡Cuando
era primavera!
Cuando
era primavera en España:
junto a
la orilla de los ríos,
las
grandes mariposas de la luna
fecundaban
los cuerpos desnudos
de
las muchachas,
y los
nardos crecían silenciosos
dentro
del corazón
hasta
taparnos la garganta…
¡Cuando
era primavera!
Cuando
era primavera en España:
todas
las playas convergían en un anillo
y
el mar soñaba entonces,
como
el ojo de un pez sobre la arena,
frente
a un cielo más limpio
que
la paz de una nave, sin viento, en su pupila.
¡Cuando
era primavera!
Cuando
era primavera en España:
los
olivos temblaban
adormecidos
bajo la sangre azul del día,
mientras
que el sol rodaba
desde
la piel tan limpia de los toros
al
terrón en barbecho
recién
movido por la lengua caliente de la azada…
¡Cuando
era primavera!
Cuando
era primavera en España:
los
cerezos en flor
se
clavaban de un golpe contra el sueño
y
los labios crecían,
como
la espuma en celo de una aurora,
hasta
dejarnos nuestro cuerpo a su espalda,
igual
que al agua humilde
de
un arroyo que empieza…
¡Cuando
era primavera!
Cuando
era primavera en España:
todos
los hombres desnudaban su muerte
y
se tendían juntos sobre la tierra,
hasta
olvidarse el tiempo
y
el corazón tan débil por el que ardían…
¡Cuando
era primavera!
Cuando
era primavera en España:
yo
buscaba el cielo,
yo
buscaba
las
huellas tan antiguas
de
mis primeas lágrimas,
y
todas las estrellas levantaban mi cuerpo
siempre
tendido en una misma arena,
al
igual que el perfume tan lento,
nocturno,
de las magnolias…
¡Cuando
era primavera!
Pero,
¡ay!, tan solo
¡cuando
era primavera en España…
Solamente
en España
antes,
cuando era primavera!
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