POR EL CABLE METIERON UN NÚMERO, de Vladimir Mayakovski

 


Tóquela apenas –me salió una llaga.
Se me escapó el teléfono.
La sala contigua
          de la contigua

               con modorra:
¿Cuándo sucedió?
          ¿De dónde salió un lechón vivo?
El timbre se queja de las quemaduras.
El teléfono está al rojo vivo.
¡Ella está enferma!
          ¡Ella está en cama!
¡Vete!
     ¡Rápido!
Oprimo el ardor de la carne humeante.
El rayo rayó fugaz mi cuerpo.
Apreté el labio en el calor del teléfono.
Perforando
          agujeros
               en la casa
por la Miasnítskaya
          a través del campo
haciendo
     el cable,
          el número
voló
     como bala
          hasta la señorita.

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