HAY QUE BUSCARLO, de Oliverio Girondo



En la eropsiquis plena de huéspedes entonces meandros

de espera ausencia

enlunadados muslos de estival epicentro

tumultos extradérmicos

excoriaciones fiebre de noche que burmua

y aola aola aola

al abrirse las venas

con un pezlampo inmerso en la nuca del sueño hay que

buscarlo

al poema

Hay que buscarlo dentro de los plesorbos de ocio

desnudo

desquejido

sin raíces de amnesia

en los lunihemisferios de reflujos de coágulos de espuma

de medusas de arena de los senos o tal vez en

andenes con aliento a zorrino

y a rumiante distancia de santas madres vacas

hincadas

sin aureola

ante charcos de lágrimas que cantan

con un pezvelo en trance de la lengua hay que buscarlo

al poema

Hay que buscarlo ignífero superimpuro leso

lúcido beodo

inobvio

entre epitelios de alba o resacas insomnes de soledad en

creciente

antes que se dilate la pupila del cero

mientras lo endoinefable encandece los labios de subvoces

que brotan del intrafondo eufónico

con un pezgrifo arco iris en la mínima plaza de la frente

hay que buscarlo

al poema.

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