Inquietas en los anillos de los labios y de sus sentidos
Las palabras se lavan como espadas
Nobles defensoras de la mujer en su mármol caído
Los delirios trágicos estallan en fiebre
O en obelisco de altos hechos
El paisaje se hincha de riquezas
Pero hay circunstancias atenuantes
Para el verano sentado al medio del año
Y más real que las mujeres de antaño
Él es la bella túnica del monasterio
A la hora de la bajada de las escaleras y de la luz que
rueda de los faroles
Como una cabellera desatada
Para el mármol y su sirena dormida adentro
Para el tiempo y sus heridas
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