De los terciopelos de mi voz
cortaré mi pantalón negro.
Una blusa amarilla de tres pulgadas de mediodía.
Por un Nevsky mundial, por su lisa pista de patinaje
me pasearé con paso de un don Juan dandy.
Dejad gritar a la tierra deformada de sueño.
"¡Vas a violar a las primaveras verdeantes!"
¡Insolente y risueño desafío al sol!:
"¡Me gusta contonearme sobre el liso asfalto!"
Porque esta mañana hace un cielo azul
y la tierra antes de la fiesta es mi amante,
ofrezco a las gentes versos alegres como monigotes
agudos y necesarios como mondadientes.
Y vosotras, mujeres que amáis mi esqueleto,
y tú, niñita que sólo un hermano ves en mí,
poned en el poeta vuestras sonrisas,
que yo las coseré como flores a mi blusa de dandy.
Comentarios
Publicar un comentario