Señora, las flores consuelan
cuando sus encantos ofrecen,
a las mariposas que vuelan
y a las almas que se entristecen.
Y entre la música nocturna,
o entre los diamantes del día,
cuando Flora vuelca su urna
es más alegre la alegría.
La flor en su gracia resume
mucho de nuestro humano ser,
pues tiene unida a su perfume
un alma como la mujer.
En el Edén de su delirio,
al erguirse Eva esplendorosa,
"¡Mi Emperatriz!" exclamó el lirio.
Y "¡Mi Reina!" dijo la rosa.
Y la reina del paraíso
sonrió a las flores lozanas.
Solazarse con ellas quiso.
Dijo: ¡Buenos días, hermanas!"
Ella compara, alegre, franca,
y acariciando hoja por hoja,
con su frente la rosa blanca,
con sus labios la rosa roja.
Y en el glorioso amanecer
de la terrena juventud
hicieron flores y mujer
una admirable sisterhood.
Así el poeta versos brinda
a las reinas y a las amadas;
pues, como dijo un hada linda,
los versos son flores rimadas.
Comentarios
Publicar un comentario