Tú tomas la primera calle a la derecha
sigues el muelle
pasas el puente
golpeas la puerta de la casa.
El sol brilla
el río corre
en una ventana se estremece un tiesto de geranios
Un vehículo pasa por la otra orilla
te vuelves sobre el alegre paisaje
sin advertir que la puerta se ha abierto detrás de ti
la huésped está en el umbral
la casa está llena de sombras.
Pero sobre la mesa se advierte el reflejo
el reflejo del día sobre una fruta o una botella
sobre un plato de loza o sobre un mueble
y quedas allí sobre el umbral entre
el mundo lleno de semejantes a ti mismo
y tu soledad zumbadora
del mundo entero.
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