LA NARANJA NO SABE, de Rodolfo Alonso


La naranja no sabe

que se llama naranja

Como Plutón no sabe

que se llama Plutón

Y yo mismo no sé

bien por qué me han llamado

Rodolfo nada menos

¿Será nomás que el hombre

nombra para los hombres?

¿Por qué mi perro entonces

y hasta mi gato a veces

miran si se los llama?

¿O es que será eso acaso

aquello a que decimos

sutileza?

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