Tengo del Rin, del Ródano, del
Ebro,
tengo los ojos llenos;
tengo del Tíber y del Támesis,
tengo del Volga, del Danubio,
tengo los ojos llenos.
Pero yo sé que el Plata,
pero yo sé que el Amazonas baña;
yo sé que el Misisipi,
pero yo sé que el Magdalena baña;
yo sé que el Almendares,
pero yo sé que el San Lorenzo baña;
yo sé que el Orinoco,
pero yo sé que bañan
tierras de amargo limo donde mi voz florece
y lentos bosques presos en sangrientas raíces.
¡Bebo en tu copa, América,
en tu copa de estaño,
anchos ríos de lágrimas!
Dejad, dejadme,
dejadme ahora junto al agua.
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