HERMOSURA QUE VUELVE, de Octavio Paz

En un rincón del salón crepuscular

O al volver una esquina en la hora indecisa y blasfema,
O una mañana parecida a un navío atado al horizonte,
O en Morelia, bajo los arcos rosados del antiguo acueducto,
Ni desdeñosa ni entregada, centelleas.

El telón de este mundo se abre en dos.
Cesa la vieja oposición entre verdad y fábula,
Apariencia y realidad celebran al fin sus bodas,
Sobre las cenizas de las mentirosas evidencias
Se levanta una columna de seda y electricidad,
Un pausado chorro de belleza.
Tú sonríes, arma blanca a medias desenvainada.

Niegas al sueño en pleno sueño,
Desmientes al tacto y a los ojos en pleno día.
Tú existen de otro modo que nosotros,
No eres la vida pero tampoco la muerte.
Tú nada más estás,

Nada más fulges, engastada en la noche. 

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