LA REALIDAD, de Leopoldo de Luis


No, no quiero los sueños. Es la vida,

la realidad la que nos llama. Escucha.

Son las cosas estrictas que tocamos

las que nos prestan su difícil música.

Difícil, sí, difícil es alzarse

desde el silencio de la pena abrupta

y tocar con los dedos aún heridos

estas candentes realidades duras.

Pero lo mismo que esos pobres árboles

frente a los brazos del otoño luchan,

hemos de defender hoja por hoja

la rama viva que nos da la fruta

de la esperanza, que hace cada día.

esa naranja un poco más madura.

Contra el inevitable helor del tiempo

que con tus amantes manos la recubran.

No. No es el sueño. Es esta vida diaria

la que hay que comenzar de nuevo. Busca

en mí el esfuerzo y la sonrisa. Míralos.

(Aunque los finja por vencer tu duda.)

Porque era esto lo que contenía

aquella caja de sorpresas...

Nunca

podremos ya volver atrás. La tarde

sombra a nuestras espaldas acumula.

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