¡Algún día seré como la astilla
que halló su natural ensambladura!
¡Como el hilo ensartado a la costura,
y el polvo a la presión de la rodilla!
¡Justo como el terreno a la semilla
o el ahumado rincón a la basura!
¡Como la telaraña a la ranura
y el aceite a la humilde lamparilla!
Eso es lo que yo ansío ¡la simpleza
del suelo tan humano y tan profundo!
¡La justicia de la naturaleza,
distribuyendo luz al vagabundo;
al rostro del ungido la tristeza,
al perro un pan y al corazón el mundo!
Comentarios
Publicar un comentario