BOCA DE CORAZÓN, de Vicente Huidobro


Por qué llorar
si un hombre de eucalipto dolorido
nos saluda como un ángel
en verdad yo desearía un sacrificio inmenso
creer en la noche y sus máscaras cerradas
creer en dioses más viejos que los astros

En los amigos inviolables
en las casas vestidas de amor

El mundo tiene momentos de sopresas
cuando los árboles se cansan de guerrear
cuando el hombre se calla
y le deslumbran las montañas que tiene adentro
la noche hace salir al mundo de su lágrima ardiente
y ofrece sus hadas al viento arrepentido

Prefiero un alma donde nadie ha escrito nada
donde no han crecido plantas
más que todo me gusta la ebriedad de las islas
que son un personaje de sueños prohibidos

Con su tarde propia llena de hojas indiferentes
y un bosque parado por delante
para ocultar las momias y sus ángeles sonámbulos

Por qué llorar
la vida consiste en pensar en la muerte
en quedarse quieto
para sentir una lágrima que va naciendo en el corazón

Por qué llorar
una experiencia redonda como los astros
cae todos los días del techo del día
la muerte es no saber si estamos ciegos

No acepto el sonido que penetra en los planetas
no acepto el llanto que se hunde
y sale en diálogos de árboles
y se va río abajo como la muerte
en alaridos de estrella adivinada
es mucho y no es bastante
escalofrío dibujado al fondo como perla triste entres sus malezas
escalofrío azul pintado en las estrellas

Estoy solo y blanco
miro la vida que se levanta
miro los ojos azules y los ojos negros
siento la gracia desnuda de estos campos
cuando los colores se quedan dormidos en su color
y sufro a pesar de la luz desparramada

Para llorar con los ojos azules
tenía una tristeza la tristeza
la tarde se llenaba de aparecidos en oscuros ritos
yo me alejaba solo y blanco

Para llorar con los ojos negros
tenía una montaña la montaña
se oían batir las alas de la luna
yo me alejaba como un suspiro a sus estrellas

Para llorar moría el mar
moría el viento lleno de animales doloridos
sobre las playas de tu voz
sufría el mundo en su ataúd de cielo
es mejor alejarse de estos destinos y estos sueños
como el suspiro que cumple con su deber

Alejarse alejarse
en la cumbre de la montaña
hay una piedra que habla.


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