UNA MUJER SE ALEJA de Leopoldo de Luis



Yo soy la esquina oscura de la tarde
cuando el mundo se pone de rodillas
con el reclinatorio de la sombra
y una anciana mujer pasa creyendo
que fue hermosa y la amaron los muchachos. 
Yo soy la puerta falsa del otoño
cuando un perro amarillo apenas roe
el pobre hueso mondo del verano
y una mujer con guantes de ceniza
escribe extrañas cartas sin destino. 
Yo soy las galerías del invierno
cuando cruzan los cisnes emigrantes
desde estanques azules sin orillas
y una mujer contempla el cielo pálido
tan desvaído ya como sus pechos. 
Yo soy el cortinaje de una estancia
donde pájaros apteros habitan
y donde rotas cristaleras veo
tras de las cuales se deshace y cruza
una lenta mujer de sueño y nube. 

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