Así besándote despacio ahogo un pájaro,
ciego olvido sin dientes que no me ama,
casi humo en silencio que pronto es lágrima
cuando tú como lago quieto tendida estás sin día.
Así besándote tu humedad no es pensamiento,
no alta montaña o carne,
porque nunca al borde del precipicio cuesta más el abrazo.
Así te tengo casi filo,
riesgo amoroso, botón, equilibrio,
te tengo entre el cielo y el fondo
al borde como ser o al borde amada.
Tus alas como brazos,
amorosa insistencia en este aire que es mío,
casi mejillas crean o
plumón o arribada,
batiendo mientras me olvido de los dientes bajo tus labios.
No me esperéis mañana -olvido, olvido-;
no, sol, no me esperéis cuando la forma asciende al negro día creciente;
panteras ignoradas -un cadáver o un beso-,
sólo sonido extinto o sombra, el día me encuentra.
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