Grupo cero en Málaga
Hoy día es poco
lógico que diversas personas de un mismo grupo se lleven de tal
manera que se coordinen para formar un espectáculo tal que sirva de
ánimo para una ciudad entera como pasó en la semana pasada en
Málaga.
Aires de poesía, flamenco, tango,
guitarra, en conjunto… aires de CULTURA!!! que bien viene haciendo
falta para la vida diaria de cada uno de los que pudimos disfrutar de
tal espectáculo.
Poesía cantada, poesía desgarradora y
a veces hasta cómica, bailarina de pies de gacela que se contorneaba
al son de una guitarra española y de una poesía diferente en si
misma al ser cantada por su autor.
Pudimos disfrutar de un ambiente
agradable en distintas salas de Málaga y provincia a cual mejor.
Pero lo bueno siempre acaba pronto
aunque bien disfrutado perdura en el recuerdo… por lo menos hasta
ver si el año que viene o antes vuelven a deleitarnos con su visita
a nuestra tierra.
Gracias Grupo Cero.
Dora Robledo
EXPERIENCIAS FLAMENCAS,
POEMAS Y TANGO
Las sensaciones que
precedían a las representaciones no eran más que magnificadas
cuando comenzaban los mismos. La incertidumbre, el desconocer qué
iba a pasar se veía recompensado con creces cuando finalmente se
presentaban a los artistas.
Sentimiento sobre el
escenario, poesía hablada y en movimiento. Poesía saliendo de las
cuerdas de una guitarra española. Poesía en la magia que se
transmitía al público. Una vez más se consiguió la complicidad
necesaria para hacer que la noche, la tarde o el momento que fuera se
hiciera inolvidable.
La evolución de todos
los componentes de la compañía es hace aún más palpable para
aquellos que no tenemos la oportunidad de asistir a más espectáculos
a lo largo del año. Terminas preguntándote ¿qué será lo
siguiente?.
Tras estos tres días de
espectáculo ha quedado claro que el espectáculo tiene que
continuar, y continuar mejorando, sin ningún tipo de traba.
Se cuentan los días para
que se vuelva a repetir esta altísima densidad de arte en la capital
malacitana. Estaremos sedientos hasta entonces, soñaremos con las
nuevas sorpresas que nos traerá
Antonio Pérez
UNA SEMANA DE ALEGRÍA
Un vestido de luz llegó a las orillas del atardecer malagueño, donde se aunaron
mujeres y hombres de este siglo que hilvanados en los acordes, en el movimiento
y la fuerza de la silueta de nuestros corazones y en las letras del poeta cantor
hicieron de Málaga y del teatro una melodía enamorada y un lugar donde el abismo
dibujara nuestros labios.
Hay bocas que no saben ni siquiera pronunciar un te quiero para adentro y para
afuera, un murmullo de sueños que revoloteen por el escenario de la vida. A
golpe de poema, buscando lo imposible conseguimos en esta maravillosa semana
todo lo posible. Poesía, flamenco, tango y una amalgama de voces y brazos unidos
por un remolino de hojas, de cantos rodados, de ríos, de ciudades con ventanales
de mirada curiosa y sonrisas que parten en dos el horizonte para hacer del mundo
un lugar transitable.
Puertas abiertas desde donde bordear los quicios con las letras de los llantos
en el exilio para que al asomar tu rostro hacia la luna sea ésta y no otra, la
de todos, la que cruce los pantanos y que permita que en las gramíneas puedan
los sueños de los niños trepar. Una sala de aliento contenido, que a cada verso
el suspiro del viento se elevaba y a cada palmada, a cada aplauso, giraba y
giraba hasta desmenuzar en cosquilleos la tibieza de nuestras almas. Canciones,
guitarra, arte, voz de las vidas futuras, que por los cuatro costados nos
hendían en el atardecer.
Y en un intento por robarle un beso a la luna, nos deslizamos en un mar abierto
de sillas y luces apagadas,bordeando la penumbra del amor. Un tango enamorado,
un rubor de las estrellas y un guiño en la noche sorprendieron al telón de fondo
que arrancó con su desnudez un espectáculo sin igual, una unión indestructible
donde una vez más la poesía, el tango y el flamenco llenaron de brillo una noche
de verano y sembraron en nuestras bocas que no hay que calmar el hambre nunca.
Laura López
Un vestido de luz llegó a las orillas del atardecer malagueño, donde se aunaron
mujeres y hombres de este siglo que hilvanados en los acordes, en el movimiento
y la fuerza de la silueta de nuestros corazones y en las letras del poeta cantor
hicieron de Málaga y del teatro una melodía enamorada y un lugar donde el abismo
dibujara nuestros labios.
Hay bocas que no saben ni siquiera pronunciar un te quiero para adentro y para
afuera, un murmullo de sueños que revoloteen por el escenario de la vida. A
golpe de poema, buscando lo imposible conseguimos en esta maravillosa semana
todo lo posible. Poesía, flamenco, tango y una amalgama de voces y brazos unidos
por un remolino de hojas, de cantos rodados, de ríos, de ciudades con ventanales
de mirada curiosa y sonrisas que parten en dos el horizonte para hacer del mundo
un lugar transitable.
Puertas abiertas desde donde bordear los quicios con las letras de los llantos
en el exilio para que al asomar tu rostro hacia la luna sea ésta y no otra, la
de todos, la que cruce los pantanos y que permita que en las gramíneas puedan
los sueños de los niños trepar. Una sala de aliento contenido, que a cada verso
el suspiro del viento se elevaba y a cada palmada, a cada aplauso, giraba y
giraba hasta desmenuzar en cosquilleos la tibieza de nuestras almas. Canciones,
guitarra, arte, voz de las vidas futuras, que por los cuatro costados nos
hendían en el atardecer.
Y en un intento por robarle un beso a la luna, nos deslizamos en un mar abierto
de sillas y luces apagadas,bordeando la penumbra del amor. Un tango enamorado,
un rubor de las estrellas y un guiño en la noche sorprendieron al telón de fondo
que arrancó con su desnudez un espectáculo sin igual, una unión indestructible
donde una vez más la poesía, el tango y el flamenco llenaron de brillo una noche
de verano y sembraron en nuestras bocas que no hay que calmar el hambre nunca.
Laura López
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