PUERILIDADES DE UN VAGABUNDO CIVIL, de Ariel Canzani



A Juan Liscano
Vivo en los barcos
Ando de mar en mar
desde los veinte años.

Hacemos el comercio.
Llevamos para Europa
productos pastoriles despreciables.

Traemos motores, transistores,
cañones, maquinarias, porcelanas
(desde Colón aquí tuvimos pocos cambios,
seguimos como siempre:
donamos nuestra sangre
en trueque recibimos collares de colores.).

Es mucho lo que veo.
Es mucho lo que aprendo.
No necesito ser lector enajenado
de Marx, Stirner,
Lukács, Sartre, Lacan
o Juan sin pueblo
para entender de cambios.

Lo único que hago
es ser un navegante
(navegante civil
de esos que hacen el comercio)
con los ojos abiertos.

Espero se imaginen
cuál es mi pensamiento.

Comentarios