LA ROCA, de Fadwa Tuqan





Mira cómo esa negra

roca ha sido amarrada a mi pecho
con las cadenas del arrogante destino,
con las cadenas del absurdo tiempo.

Mira cómo aplasta
mis frutos y mis flores,
me esculpe con el tiempo
y me destruye con la vida.

¡Déjame! No podemos vencerla.
Las cadenas de mi prisión no se romperán.
Permaneceré en soledad
mientras el destino sea mi prisión.

Déjame
Permanecer así:
sin luz,
futuro
ni esperanza.
La roca negra no tiene escapatoria
ni refugio.

En vano intento retirar su peso de mi pecho
olvidándome.
¡Cómo he penetrado en el corazón de la vida
y he recorrido cada dirección!
Me he divertido,
he cantado
en las fuentes de la juventud.

Dame mi copa
y beberé con ansia
hasta ausentarme del alegre mundo
que tanto me ha decepcionado.

En su regazo están mi dolor
y mi desgracia.
He huido del
mundo de mis sentimientos
y he danzado con
la agilidad de los pájaros
y una risa loca. Luego, desde
las profundidades de mi desesperación,
una llamada sacude mi espíritu
y en secreto amenaza:
“No escaparás.
Estoy aquí.
No hay escapatoria
ni refugio”.

La sombra de la roca negra traza
figuras deformadas.
En vano intento retirarla,
En vano pretendo huir.
No hay escapatoria.

¡Cuánto he explorado la tierra de la desgracia!
He aspirado el elixir del consuelo
en la miseria de los prisioneros como yo,
prisioneros del destino.

He penetrado entre la gente,
donde están las tragedias
y las lágrimas,
donde los látigos silban y caen
sobre los rebaños humanos,
sobre las espaldas desnudas
y los humillados cuellos,
donde los dóciles esclavos
huyen en grupos –
hundiéndose en lágrimas,
sangre
y sudor.

Continué: busqué consuelo
para la desgracia
pero no hay escapatoria.
La maldición de la negra roca
nació conmigo
para ser mi sufrimiento.

Muda,
pegada a mí,
su sombra sigue los pasos de mi vida.
Mira cómo se ha instalado
con su arrogancia
en mi pecho.
¡Déjame!
No podemos vencerla.
Las cadenas de mi prisión no se romperán.
Mi espíritu permanecerá
cerrado
y yo seguiré solo
en la lucha.
Solo
con el intenso dolor,
con el tiempo,
con el destino.
Solo
con esta roca negra
aplastándome.
No hay escapatoria.

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