ESPECTROS, de Cecilia Meireles




En noches de tormenta

especialmente

cuando afuera

el vendaval ruge

y del pelágico furioso

a la espantosa voz

los cielos responden y

sacuden todo.


Del alfarrábio que esta alma

ávida sondea

Buscando, agotada de tanto estudio

veo ante mí, a través de la

habitación silenciosa,

pasar lentmente,

en una vuelta lenta.


De ahí al cambio de luz

(Cualquier cosa que el viento

se desvanezca o el viento

cobre vida,

En largas sombras y

Esplendor del sol),

Fantasmas silenciosos de

otra época. La sugerencia de

la noche vivida. Dioses

demonios, monstruos,

reyes y hombres.

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