MADRIGAL, de Nicanor Parra



Yo me haré millonario una noche

Gracias a un truco que me permitirá fijar las imágenes

En un espejo cóncavo o convexo.

Me parece que el éxito será completo

Cuando logre inventar un ataúd de doble fondo

Que permita al cadáver asomarse a otro mundo.

Ya me he quemado bastante las pestañas

En esta absurda carrera de caballos

En que los jinetes son arrojados de sus cabalgaduras

Y van a caer entre los espectadores.

Justo es, entonces, que trate de crear algo

Que me permita vivir holgadamente.

O que por lo menos me permita morir.

Estoy seguro de que mis piernas tiemblan,

Sueño que se me caen los dientes

Y que llego tarde a unos funerales.

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